Si algo une a la abundantísima literatura que aborda la incidencia de la evolución científico-tecnológica en el ordenamiento jurídico es la constatación de su carácter ‘disruptivo’ y la especial atención que se presta a los peligros que suscita. Una perspectiva que es legítima y necesaria, pero que ha postergado en no pocas ocasiones el necesario estudio en términos positivos de la relación entre Ciencia y Derecho. Esta obra pretende, precisamente, arrojar luz sobre un aspecto que el tiempo ha evidenciado crucial: ¿cómo puede operar y con qué limites la evidencia científica como recurso jurídico? La monografía aborda esta pregunta en arenas distintas (derechos español e italiano y Tribunales Europeo de Derechos Humanos y de Justicia de la Unión Europea) y desde cuatro ópticas diferentes que explican su estructura: desde las complejas relaciones entre Ciencia y Derecho, hasta el grado en el que algunos derechos fundamentales paradigmáticos dependen de la evidencia científica y tecnológica (vida, integridad, secreto de las comunicaciones y domicilio), pasando por cómo aquella se incorpora a los procesos de producción normativa en sede parlamentaria y gubernamental y al razonamiento de los órganos jurisdiccionales. En definitiva, esta obra constituye un primer paso en el esclarecimiento de una pregunta cuya necesidad de respuesta siempre fue insoslayable ¿Cómo se trasmuta, y formaliza parcialmente, el paradigma científico y tecnológico en componente jurídico?